El próximo 15 de Mayo hará el paseíllo en Talavera Manuel Díaz "El Cordobés" junto a Paquirri y Alberto Aguilar. Un torero muy querido en todo el mundo y más aún en nuestra ciudad dónde goza del cariño de los talabricenses. Un diestro que se entrega al público en todas sus actuaciones sobre la base de la alegría y que hoy nos concede el honor de hablar para nuestro club taurino.
¿Por qué torero?
Evidentemente por la llamada de la sangre. Desde mi infancia tuve conocimiento y noción del toro porque se hablaba mucho de ello en casa. Un día decidí probar y empecé como un juego siendo ahora mi profesión. En ese momento suponía ser diferente, no todos querían ser torero. Lo que fue un juego ahora es una pasión y mi profesión.
Su etapa de novillero no fue fácil
Los inicios no son fáciles para nadie. En el toreo el que te pone y quita siempre es el toro. Aunque tengas un nombre o un apodo no quiere decir que eres torero, eso lo marca el toro.
Es un aprendizaje pasional, bonito pero duro. De niño vives una realidad en la que te juegas la vida. Lo que te dice la gente que te rodea es que te vas a jugar la vida a diario. Desde pequeño eres consciente de lo que supone la realidad de enfrentarte a diario a tu destino.
De esa época, los 90, recuerdo una tarde en Talavera en la que corté tres orejas. Eran mis primeros triunfos y en una plaza tan importante. Una cita clave en mi carrera que supuso ir dando pasos firmes en mi profesión.
Habla con naturalidad de lo que vivía un niño, ¿el toreo supone sacrificar su infancia?.
Tu vida da un cambio, pasas de niño a hombre. El toreo te hace tomar decisiones complicadas para la que, muchas veces, no estás preparado porque no tienes esa experiencia necesaria para ello en la vida. Es fácil equivocarte al tomarla y te desilusionas.
El toreo te convierte en un ser humano con valores muy puros, profundos, con respeto a los mayores, a tus profesores... El vínculo que se crea nunca se pierde. Respetas a todos los profesionales ya sean de oro o sean de plata.
El toreo es muy bonito y te inculca unos valores que te marcan una enseñanza esencial como persona.
El siguiente paso de su carrera se produce en una alternativa de lujo
Sí, en Sevilla con Curro Romero y Espartaco con toros de Torrestrella el Domingo de Resurrección. Ahí empieza la realidad de mi vida como torero. Hasta entonces todo había sido un poco andar entre la realidad y el juego pero desde ese día ya eres matador y eres más consciente de que esto es real.
Fue como llegar a una meta donde empieza una salida que es la realidad del toreo.
El torero del pueblo
Nunca he considerado que una plaza o un público tenían más importancia que otras o que otros. Siempre he valorado el respeto al público como base. El mismo respeto merece la gente que va un pueblecito a ver toros como el que se sienta en Las Ventas o La Maestranza. Yo he sido siempre el mismo.
En los tiempos que corren, ser querido y llevar gente es algo muy positivo. El toreo, bajo mi punto de vista, necesita llegar a todos y a todos sitios. El torero no debe vivir en una burbuja, debe ser de la gente. El torero es de la gente que es quién te pone y te permite expresarte delante de la cara de un toro.
Sí, soy torero del pueblo y me siento orgulloso de ello y de lo que he podido aportar.
Muchos aficionados recordamos en usted a un torero de gran mano izquierda.
He toreado en todas las plazas del mundo con todas las ganaderías. Siempre se ha reconocido que eso no puede ser casualidad y más cuando, si no he pasado ya lo haré pronto, las dos mil corridas.
Si tú no pegas pases a los toros no llegas a esa cifra. Yo me he enfrentado a una lucha. Torear es luchar para mi como la vida, algo que también es una lucha.
Me siento feliz. Una carrera tan larga no es casualidad, tienes que tener una técnica y más cosas. Me he sentido siempre muy respetado y agradecido a un público muy fiel.
No siempre el público que ha ido a verle ha agradecido cuando usted ha toreado de manera más ortodoxa.
Para mí el toreo es una fiesta. Sé lo que quieren ver. Intento complacer a ese público y también busco expresar mi toreo y mis sentimientos. No llevo nunca ninguna faena en mi mente. Intento satisfacer mi necesidad como torero como has comprobado por lo que dices del toreo al natural. En ese momento no pongo ningún escenario, satisfago mi parte artística y no me cuesta regalar al aficionado lo que quiere ver.
El toreo es alegría y el profesional debe adaptarse y ofrecer lo que el público quiere ver. Los toreros de carrera tan larga lo somos porque sabemos torear. El público se divierte más con otras cosas que hago delante del toro. Tengo claro que todo lo que se hace con seriedad, con respeto a toro, toreros y públicos es torear.
En el toreo están marcados los naturales, los derechazos, las verónicas, los molinetes... pero no como se deben interpretar. Esa es la grandeza del toreo, el poder expresar cada uno como siente.
Bendita variedad porque permite que cada faena sea distinta. A mí me encanta pegar cinco naturales y cinco ranazos. La gente queda satisfecha y yo feliz por ello.
Torero del pueblo. ¿Pese a la gente que ustedes llevan a las plazas nota que algunos aficionados o profesionales no lo agradecen?.
Una gran cantidad de formas de expresase tiene este arte. Hay gente más pura, gente de más valentía... La variedad a nadie molesta. El público es el que determina quién es imprescindible, es soberano. A veces ser un torero mediático o conocido es criticado pero es parte de la profesión. Hay que mirarlo con buenos ojos. Todos buscamos lo mismo y eso es el bien de la fiesta, que no nos la quiten. Buscamos cuidar al toro, defender la libertad, seguir haciendo toros. Tenemos el privilegio del toreo como una parte clave de nuestra cultura y de nuestra vida.
Todo es necesario en el toro, nadie está de más.
En una conferencia en Madrid, la Doctora Grajal apostaba porque los toreros aparecieran más en los medios como forma de atraer a la gente a la plaza.
Me gusta leer, tengo libros de la tauromaquia. Si nos vamos a esos principios el toreo nace de un hombre del pueblo, de un señor que decide ser el eje de la fiesta. Alguien cercano al pueblo. Alguien que es envidiado y aclamado por hacer cosas que no todos pueden hacer.
Cuando no conectas con la gente que es la que te pone, la que te admira, la que quiere saber como eres...
Soy un hombre del pueblo, sin estudios, sin una infancia desahogada. Noto la admiración de la gente y, cuando empecé, notaba la admiración de mis compañeros de colegio por ser diferente, por hacer cosas que los demás no hacían. Te debes al pueblo y al público sin llegar al amarillismo. La gente debe saber cómo eres, cómo vives, tus inquietudes... Eso hace ver que eres normal.
Me han tachado de mediático pero debes ser conocido. La gente debe conocerte, saber como vives. Se torero es ser un artista de la vida, debes compartir cómo vives.
Para ir terminando, hablemos de Talavera
Es una ciudad con la que tengo un vínculo afectivo grande. Talavera era mi pueblo durante una época de mi vida. Vivía en la finca de Martín Berrocal y yo iba a Talavera mucho. Recuerdo los paseos por esas calles, me siento identificado con es gran pueblo. He ido, como te conté antes, desde novillero.
Empecé en su comarca, en la provincia de Toledo y le tengo un gran cariño.
He triunfado mucho, he tenido grandes tardes y me hace mucha ilusión que hayan contado conmigo en esta temporada.
Una última pregunta maestro. Sabiendo la situación tan complicada que vive Talavera, ¿deberían los toreros dar un paso adelante para ayudar como ha hecho usted para recuperar estos cosos?.
Hay que ayudar a los empresarios, a las ideas nuevas. Hace falta un poco mover como ofrecer el espectáculo. No basta solo con pegar un cartel. Estoy muy interesado en colaborar con los empresarios, ir a la presentación de los toros, que la gente te vea, estar con ellos. Tenemos que poner, entre todos, a la fiesta dónde se merece. Es necesario que los toreros echemos una mano y ser conscientes que un empresario se juega mucho (horas de trabajo invertidas, el pan de su casa...) y debemos ayudar. Esta empresa hace las cosas muy bien, con cariño y me siento feliz de ayudarle. Ojalá entre todos podamos poner a Talavera en el lugar que se merece que es en lo más alto.