El próximo 11 podremos verle en Villaseca de la Sagra.
¿Por qué decide ser torero?
Es algo que desde niño me ha gustado. He ido a los toros con mi abuelo desde pequeño y a los quince años me apuntó en la escuela. Poco a poco me fui dando cuenta de que hacía lo que me pedía el cuerpo. Notaba que hacía lo que sentía hasta el punto de llegar a ver que había nacido para torear.
¿Cuánto debe a su abuelo de su dedicación?
Es quién me inició, siendo muy pequeño, en esto. Es el culpable de que me criara viendo toros casi a diario.
¿En esos inicios, cuánto lugar ocuparon los valores en las enseñanzas?
Los valores del toreo los vas aprendiendo a medida que vas abriéndote camino. A medida que llegas a la escuela, con maestros como Pauloba... Cuando te vas abriendo camino vas aprendiendo valores y cosas de todos.
¿Coincidió con el maestro Pepe Luis Vargas, verdad?
Sí. Es una persona muy unida a mi familia y siempre he oído muchas cosas y anécdotas de él. Es alguien con quién he aprendido mucho del toro y de fuera de él.
Pepe Luis Vargas, Luis de Pauloba. ¿Es la pureza una obligación?
El toreo es pureza. Para mí el vestirse de torero y hacer el paseíllo ya representa a la pureza. La forma de torear pura que aprendí en la escuela es intacta, no se puede tocar.
Hablemos de sus inicios
Fueron como los de todos los toreros, yendo al campo de aficionado, haciendo tapias, tentaderos... Toreaba cuando podía. Recuerdo esa época con mucha afición.
¿Cómo recuerda su debut de luces?
Fue un día inolvidable para mí. Fue en Valverde ante una novillada de Aguadulce a la que corté dos orejas. Un sueño realizado. Algo que te atreves a soñar pero que nunca ves cercano hasta que se cumple. Un orgullo.
En su etapa de novillero sin caballos alcanza la gloria de la Puerta del Príncipe
El sueño de toda mi vida. Tantos días entrenando, viendo a los compañeros avanzar... Yendo desde niño a las sin caballos nocturnas y soñando estar ahí. Llega el día, haces el paseíllo y tres orejas y a hombros. Fue un sueño.
Tras eso marcha a México, ¿por qué?
Venía de una temporada muy fuerte con la Puerta del Príncipe y 25 festejos. Mi apoderado creyó conveniente taparme. Me hizo el debut en Huelva y me mandó para México. Fui para una toreé seis, fue un acierto.
¿Taparle?
La gente me iba a medir, esperaba de mí mucho. Ese año allí sirvió de preparación fuerte para ir a todas las ferias este año. Abrimos el mercado mexicano y tengo los inviernos allí para prepararme.
¿Qué se aprende del toro mexicano?
Te da madurez al estar fuera de casa y lejos de tu familia. Además te da un plus más de temple.
En México se habla mucho de su paso por Guadalajara
Toreé varias allí y di nivel en todas. Este año también en Aguascalientes. Cada tarde pude sacar cosas muy positivas.
¿Cómo le recibe, a su vuelta, Sevilla?
Con expectación y parte de ilusión al ser de la tierra. Mucho cariño, una pena que no me respondieran los toros pero di todo de mí. El aficionado está conmigo.
Con su gran trayectoria llama la atención que debutara en Madrid fuera de feria.
Fue un compendio de cosas. En el toreo debes ser realista. Todas las esperanzas estaban puestas este año en Sevilla y, desgraciadamente, no salió la cosa. Nos dijeron que había la novillada de Cañaveral y me veía preparado para ir. Por Madrid hay que pasar, tenía ilusión y fui preparado con la ilusión de que iba a hacer algo importante.
Fuimos buscando un triunfo y sonar. A pesar de la cornada, salió bien.
¿Cómo se encuentra?
Recuperándonos poco a poco. La recuperación es lenta porque la cornada es fuerte. Entrenando, con esfuerzo y mucha dedicación, voy acortando plazos para estar al cien por cien.
¿Cómo recuperarse de una cornada tan fuerte?
Si las cosas no hubieran ido tan bien me hubiera costado más. Sé que si meto la espada estaríamos hablando de una oreja en cada toro y puerta grande. La gente me guarda mucho cariño. Me recupero con una ilusión tremenda y con ganas de volver y torear como en Madrid. Las cosas pasan porque tienen que pasar. Estoy orgulloso de mi paso por Las Ventas.
¿Ya hay fecha?
El 27 de agosto en Colmenar.
Y luego Villaseca
Es algo que para mi carrera es ilusionante. Un certamen de primera categoría con los mejores novilleros del escalafón. Mato un hierro de garantías como es El Ventorrillo. Peleo cada día para llegar al cien por cien y dar todo.
Para acabar, ¿en el horizonte Madrid?
Sí, me haría mucha ilusión que contaran conmigo en Otoño y volver a torear allí.
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