Estamos a cuatro días del duelo entre Tomás Rufo y Aarón en La Pueblanueva con novillos de Pablo Mayoral. Para muchos puede tratarse de una tarde más pero no lo es, se trata una de las últimas oportunidades que tiene la ciudad de la cerámica y su comarca para engancharse al mundo del toro. Si este festejo supone un fracaso, creo que deberíamos empezar a pensar en ir echando la persiana.
Los años de la crisis han amenazado a una comarca con una elevada tasa de paro y han puesto en los ayuntamientos a gente predispuesta a cargar contra la fiesta de los toros. Consistorios han dejado de dar toros mientras otros han optado por salvar los muebles de cualquier manera dando lugar a espectáculos dantescos que no merece la pena ni recordar.
La lógica hace pensar que en los pueblos la fiesta se puede sostener con novilladas, con chavales de la zona y con el apoyo inicial de los ayuntamientos ante los elevados costes de los festejos. Un apoyo que jamás debe ir para crear espectáculos por encima de la lógica. Es decir, para los pueblos, novilladas.
Muchos son los casos en los que hemos podido ver como la celebración de corridas de toros, festivales, festejos indefinidos o espectáculos similares han dañado a la plaza, al bolsillo y a la afición de la zona por intentar vivir por encima de sus posibilidades. Para los pueblos, reitero, novilladas y novilleros.
Los costes de una corrida de toros, con seis animales, rondan los 60000 euros tratándose solo de los mínimos. Si una plaza afora 2000 personas o menos, caso de las portátiles ¿a qué precio deben venderse las entradas o cuanto debe dar el Ayuntamiento para no perder?. Esto se agrava cuando las poblaciones que lo montan tienen un ceso inferior en la mitad al aforo de su portátil.
Pues bien, en La Pueblanueva se ha apostado por un festejo lógico como es el de una novillada sin caballos con las dos grandes promesas de la zona y que vienen de ganar "Promesas de Nuestra Tierra". Aquí no hay ningún tipo de oscurantismo pues el coste es de 22000 euros como describió el Alcalde de la localidad. Un precio de 10 euros y una novillada bien presentada son un aliciente más para no faltar.
El alcalde de esta localidad, de IU, reconoció que estuvieron pensando en quitar los toros porque no iba nadie. También asumió la gestión ante los "espectáculos" vistos. Pues bien, ¿qué será del toreo en nuestra comarca si damos la espalda a un festejo con lógica y con los números claros?
Esperemos que los toreros sean conscientes, conocedores más que nadie de lo que se encuentran fuera, de lo que se juegan.
Esperemos que la afición sea consciente y acuda desde cualquier punto de la comarca y Talavera.
Esperemos que ese día se responda y no nos lamentemos para siempre.
Si fallamos, se extenderán las pestes de los espectáculos ilógicos, los festivales sin novillero y la no celebración de festejos taurinos.
Allá cada cual...
No hay comentarios:
Publicar un comentario